lundi 12 mars 2012

David vs Giselle

Sólo me queda dar las gracias a la ciudad de Berlín, a H&M, a Esprit o al karma.
Me picaban los ojos cada mañana cuando, de camino al trabajo, me encontraba frente a la figura de David Beckham en gayumbos de abuelo. Un David de 20 metros de altura que parecía llevar tatuado: "este es el camino a la decadencia". Un Beck's venido a menos, flirteando con los 40, obligado a fingir un traspaso al Paris Saint Germain para darle fuelle a su carrera. Cuanto más pasaba por delante, más vergüenza ajena me daba. Ese calzoncillo de geriátrico, ese pijama salido de un mash up entre The Artist y Prison Break. Lo peor era comprar algo en H&M y tener que llevar la bolsa con el paquete de Bekcham imprimido al final de mi brazo.
Y un buen día, todo cambió. Pasando por Alexanderplatz noté que faltaba algo. Habían retirado las enormes lonas con el británico anunciando ropa interior. Pero mi felicidad fue aun mayor cuando al día siguiente, unos operarios estaban instalando la nueva campaña. Giselle Bündchen para Esprit!
Qué alegría ir todas las mañanas a la oficina bajo la mirada de la brasileña. Veinte metros de perfección, de serenidad y naturalidad. Se ve poca piel, pero esta campaña no la necesita para impactar; la mirada de Giselle devasta más el cerebro que los tatuajes de Beckham.



Sólo me queda rezar para que Esprit siga invirtiendo en espacios publicitarios y que Emporio no le de por empapelar la ciudad con Cristiano Ronaldo. Que dios nos pille confesados.


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