lundi 28 juin 2010

The Great Challenge

Voy a intentar realizar una performance. Un tribute a mi portátil que está en sus últimos latidos. Escribir un papel sin utilizar la letra "H" (la acabo de utilizar con el teclado virtual, lo cierro, ya).

Llevo tres años con mi querido Acer, dos de ellos, sin aquella letra tras un terrible accidente (aquí el link). El motor del laptop lleva un año funcionando a duras penas con un ruido infernal; mis compañeros de piso me odian por ello y la vergüenza ajena se apoderó de sus miradas. Este verano no se vendrá conmigo. Se quedará tomando el sol en Barcelona y, pensando como quiere que sea su futuro. Yo mientras tanto, le buscaré repuesto. Se lo buscare en Bruselas, donde puedo encontrar teclados francófonos. Pero obviamente, el verano no se limitará a eso. Bastantes viajes para tener más cosas que contar, más que callar y más que escribir.

Este es mi último post desde el 95 Paseo San Juan. El nivel redacción deja bastante que desear pero es que, el desafío era extremo. Feliz Navidad a todos.




Bon, je vais tenter une performance, un défi sans précédant dans le monde littéraire; le tout, comme un salut à mon pc portable alors que celui-ci s'éteint peu à peu. Je vais écrire ce post sans utiliser la lettre "H" (je viens de le faire avec le clavier virtuel, je le coupe de ce pas, voilà). Cela fait trois ans que nous sommes ensemble. Après une année, la lettre mentionnée précédemment a rendu l'âme après un terrible accident. En Angleterre, l'année suivante, mon Acer a commencé à crier, hurler, s'égosiller de douleur ou de plaisir. Aujourd'hui à Barcelone, il entame des grèves sauvages. Je crois donc qu'il est temps pour lui de faire un pas de côté. C'est pourquoi je le laisse deux mois à Barcelone pour qu'il puisse se remettre en question et voir quel futur il envisage pour notre relation. En attendant, je lui chercherai un successeur à Bruxelles. Baïe de wé, ce ne sera pas le seul voyage, mais bien le plus important pour notre avenir.

Donc voilà, ceci est mon dernier post depuis ma résidence actuelle à Barcelone. Je suis conscients que le niveau rédactionnel laisse beaucoup à désirer mais le défi était de taille. Quoique, je me rends comte qu'il est bien plus facile d'écrire sans La Lettre en français qu'en espagnol.

Bref, joyeux Noël à tous et n'oubliez pas votre crème (et votre Vuvuzela)

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jeudi 24 juin 2010

Les chroniques de Saint Jean

Si je reste trente secondes de plus dans mon lit, je sens que mon cerveau va imploser. Ma tête veut se lever, mais mon corps est cloué aux draps. J'ai l'impression que mon cœur bat dans ma boite crânienne. Mon bras droit, qui semble peser trois tonnes, repousse la couette. Je me dresse sur le lit, pose mes pieds sur le tapis Ikea. Ma chambre est une toupie recouvertes de posters de Kill Bill et Jimi Hendrix.

Hier se célébrait la Saint Jean à Barcelone, sur la plage. J'espérais ramener une déesse suédoise, mais tout ce que j'ai rapporté, c'est du sable. Des pelletées de sable; je ne sais pas si je suis dans ma chambre ou à la Barceloneta. Ma bouche est toujours en pleine guerre civile. Ma langue, encore imbibée de tequila, lutte contre mes lèvres et leur relent de vodka. Chaque front défend son gout et son odeur de façon inébranlable. Je déclare l'armistice en buvant un demi litre d'eau.

Aujourd'hui est une journée comme ça, où avant d'ouvrir les rideaux, on prie pour qu'il fasse gris; pas de chance, je suis en Espagne. Le soleil me jette à la figure ses torchons de lumière. C'est dans ces moments là que la brume anglaise me manque. Je déambule vers la cuisine où m'attend le chaos apocalyptique d'après soirée. On laissera la vaisselle pour quand la lucidité nous aura reconquis. Le frigo me nargue. Il me rit au nez. Je le regarde longuement, dépité. Dans mon espace, un bout de fromage déprimé me fait penser à un enfant qui joue seul dans le jardin parce que ses parents ne veulent pas lui donner un petit frère.

Aujourd'hui est une journée comme ça, où tous les choix sont difficiles. Toutes les décisions sont le résultat dilemmes complexes. Que vais-je manger? Sucré? Salé? Ai-je faim ou soif? Lire sur le balcon ou regarder un film? Aller prendre l'air ou faire la sieste? Me doucher maintenant ou plus tard? L'indécision et le doute gangrènent toutes mes idées

Aujourd'hui est une journée comme ça, où on a l'impression de porter des moufles pour tout. Couper mon steak devient une entreprise délicate. Séparer les pages du journal pour les tourner, équivaut aujourd'hui à escalader l'Everest pieds nus. Envoyer un texto n'est pas évident quand vos doigts sont des spaghettis cuits. Dans la série "je suis un bon à rien", l'épisode de la douche vaut aussi le détour. J'ai l'impression d'être dans une toilette d'appoint -comme celles sur les chantiers- qu'un géant secoue de toutes ses forces. Le savon a un gout de sangria et la stabilité brille par son absence.

Aujourd'hui est une journée comme ça, où dans mon journal le mot "glande" occupera l'espace comme une prison au milieu d'un désert. Une journée où regarder les oiseaux par la fenêtre devient l'activité la plus excitante et où le mot "resaca" prend tout son sens.


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mercredi 23 juin 2010

Querido Reloj

Ayer, bajaba las escaleras de mi edificio volando. Tocaba ir a cobrar, lo cual aceleraba mis pasos. Iba a tal velocidad, que me olvidé de que en mi muñeca izquierda, llevaba un reloj. Un pedrusco regalado hace un par de años. Como Fernando Alonso, recortaba las curvas para ganar tiempo. Siempre a tope. Lo que pasa, es que en los circuitos de Formula Uno, no hay pasamanos; en mi escalera, sí.

Fue tal el porrazo que se llevó mi reloj, que ya imaginaba su esfera hecha trizas. Se me partió el corazón en aquel instante. Preferí no mirar a Paul. Una vez en la calle, me armé de coraje para enfrentarme al horror. Me sorprendió "solo" ver un enorme rasguño que atravesaba el cristal; yo que me esperaba a ver un boquete del tamaño de Andorra. Pese a ello, no pude reprimir una lagrimita. Pasé mi dedo por lo que quedaba de esfera y se obró el milagro! El arañazo desapareció. Las lagrimas tornaron a ser de felicidad y ya galopaba, ligero y rebosante de alegría, hacia el Dorado en forma de cheque del Banco Sabadell.

En el camino, busqué la manera de rendirle homenaje a mi inquebrantable reloj. He aquí mi particular versión del Padre Nuestro para mi querido Paul:


Paul Versan, que cercas mi muñeca

Santificada sea tu esfera

Que golpes y rasguños soporta

Hágase tu voluntad, en las horas como en los minutos

Aguanta hoy, los porrazos de cada día

Perdona mi imprudencia

Como también yo, perdono al que te maltrata

No dejes de pintar el tiempo y librate de los arañazos

Amen




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mardi 22 juin 2010

El Totalitarismo Hondureño

La agencia que gestiona nuestro piso -o que nos roba el dinero, según se mire- piensa en nosotros y por eso nos tiene sin televisión desde Navidades. Dice que es para que no malgastemos nuestro tiempo con telebasura. Yo simplemente creo que es porque del pastón que se llevan, no les apetece gastar 100€ en una tele.

El caso es que tuvimos que ir a un pub irlandés a ver el España - Honduras de ayer. El bar estaba lleno de franceses, italianos, brasileños y españoles. Estos últimos apoyando a su selección y los demás disfrutando del buen fútbol y admitiendo la superioridad roja.; todo ello, en un ambiente cordial y festivo. Pero había dos hondureños delante de mí.


No llevaban la camiseta de Honduras ni tenían acento; sus respectivas gafas de pasta y barba canosa me recordaban más a Buenafuente que a Lobo Sosa (presidente de la república centroamericana). Pero supuse que procedían de allí al escucharles animar a los de blanco y fustigar a la Roja. Sus gestos de ánimo rozaban la exageración (como cuando quieres hacer ver que te interesa algo cuando en realidad, te importa un pepino) y sus críticas a la selección española lindaban con el odio. Los perdigones que echaban sus bocas en cada acción de España, tenían el color de la tirria y la repulsión. Sus gestos y palabras me recordaron la tremenda actuación de Robert Carlyle en el genial telefilme “Hitler: The Rise of Evil”.

Ya he visto muchos partidos en bastantes países diferentes, pero pocas veces tanta animadversión hacia un equipo y nunca hacia un combinado nacional. Los partidos de selecciones suelen ser más fraternos que los derbis propios a un país. Me sorprendió sobretodo viniendo de hondureños; un país que, seamos sinceros, no puede rivalizar contra los Top Teams, y España por fin lo es.

Pero mi mayor sorpresa surgió durante el descanso. Los dos hombres, que hasta entonces me daban la espalda, se giraron para charlar animadamente entre ellos. En su conversación, percibí sus respectivos nombres: Jordi y Ferran; peculiar nombre para americanos. Se mofaban del patriotismo español; en mis pensamientos, no entendí la diferencia entre el patriotismo que acababan de plasmar durante los 45 primeros minutos y el mío. Bueno sí, el mío respeta a los demás países, el suyo coquetea con la xenofobia.

Estaba a punto de reiniciarse el partido y salió en la pantalla Sergio Busquets. Uno de los dos hondureños escupió “y por qué tiene escrito Sergio en la camiseta y no Sergi?!”. Un chico con la elástica del Barça le contestó hartado que el nombre que llevan los jugadores en la camiseta, lo eligen ellos mismo. El hondureño se quedó con cara de conejo al borde de la calzada y siguió repartiendo injurias a diestro y siniestro.

España ganó y todos contentos. Todos salvo los dos fanáticos. Me consuela saber que estos son minoría porque de no ser así, la sombra del nazismo empezaría a preocuparme.

Dijo Heinrich Heine en 1820: “Los que queman libros acaban quemando hombres”; pues estos dos energúmenos seguro que ya quemaron los libros de Panini en la página de España.

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mardi 15 juin 2010

La Dictadura de la Granja

De pequeño, me acuerdo que en mi casa, los horarios los dictaba TVE Internacional. Se comía con Saber y Ganar seguido de Corazón De Igartiñoña y se cenaba con Gente y el Telediario; cuando llegué a cierta edad, mis padres me dejaban mirar el final del TD, lo que incluía la sección de deportes. Por entonces, no había mayor placer para mi que disfrutar con los goles de Zamorano y Mijatovic o las genialidades de Rivaldo.
Hoy en día, la televisión ya no rige nada. De hecho, en mi piso ni la tenemos (cortesía de la desaconsejable agencia que nos alquila el piso). Con la televisión a la carta en Internet, ya no dependemos de los malabarismos de los programadores catódicos. Puedes mirar lo que quieras cuando quieras.

Pero por un tiempo, otro entretenimiento dirigió mis horarios. Un invento malvado de la compañía Zynga. Sí, hablo de Farmville! O más conocida como "la Granja del Facebook".


Todo empezó a mi llegada a Barcelona. Mi prima me habló de una granja en Facebook. Un juego de gestión en el que vas llevando tu finca. Puedes interactuar con tus amigos para poder acelerar la expansión de tu terreno. Como todo, el exceso acaba siendo dañino. Y eso fue lo que pasó con mi granja.

Mi pequeño terreno se acabó convirtiendo en hacienda. Comencé a organizar mi vida en función de mi granja. Calculaba a qué hora debía volver a casa para que no se me muriera una cosecha. Tiraba de calculadora para saber qué estrategia era la mejor para optimizar el rendimiento de mis árboles. Mis animales se transformaron en cyborgs, en soldados del imperio rojo consagrados a la causa del reino. Empecé a utilizar palabras como "expansión"; "anexionar"; "conquistar"; "nuevo orden"; "Reich". Un nuevo ser nacía en mi. "Mein Kampf" se había convertido en mi pasatiempos dominguero. Había entrado en un túnel de tiranía y despotismo que me llevaba a los abismos del infierno.

Pero un viaje lo cambió todo. Cuatro días en Galicia. No sé si fue por ver tantas granjas reales, por la pereza que había creado en mí volver a un mundo sin Internet; pero el caso es que al volver a Barcelona, le hice poco caso a mi Granja. Cada vez le fui prestando menos atención a mis tierras hasta llegar a simplemente aceptar regalos. Me llena de orgullo y satisfacción poder afirmar que estoy oficialmente curado.

Moraleja de esta etapa negra de mi vida? Que a lo mejor, un buen viaje en el momento oportuno, nos habría ahorrado la Segunda Guerra Mundial (y otras).

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vendredi 11 juin 2010

The granny and the tie

Six ou sept articles par mois, c'était dur. Ma voisine de palier me lançait chaque matin un regard malveillant. "Tu ne tiendras jamais ce rythme"; "tu uses et abuses sans doute de substances illicites pour atteindre une telle productivité", semblaient dire ses sourcils froncés.

Nous nous croisions tous les matins, vers 14h. Je descendais voir si j'avais du courrier, elle revenait du super marché. Plus les jours passaient et ma liste d'archives grossissait, plus elle serrait son sac et me regardait avec méfiance. Elle avait sans doute peur que je n’entre chez elle, lui vole sa TV et aille vendre celle-ci ; le tout dans le but d’obtenir du liquide pour une nouvelle dose de je ne sais qu'elle drogue dure - Requiem For A Dream a fait beaucoup de mal au troisième âge-.

Cette spirale de suspicion s'est peu à peu atténuée avec l'arrêt net de mes publications. J'ai commencé à travailler plus régulièrement, donc moins de mises à jour. Pas par manque de créativité -j'ai des post-it partout, même dans le frigo-, mais par paresse. Quand j'arrive du boulot, après avoir passé des heures à encoder des données illisibles et supporté l'arrogance de patrons de PME; la dernière chose dont j'ai envie, c'est de me battre avec mon PC agonisant et ma connexion médiévale.

De plus, ma voisine me voyait chaque matin quitter l'appartement en costume et cravate. Ses lèvres serrées avaient été troquée par un doux sourire de grand-mère. Elle était sans doute convaincue que j'étais à nouveau dans la bonne direction. Nous avons même échangé quelques mots. Je lui ai raconté les parties non censurables de mes voyages à Pamplune et San Sebastien.

Toute cette activité extérieure m'a donc empêché de publier, mais voici du nouveau. Je profite de cette journée d'accalmie pour mettre à jour. J'ai hâte de voir la réaction de ma chère et tendre voisine de pallier. Les hostilités seront-elles réouvertes?



Seis o siete artículos al mes, era difícil. Mi vecina me lanzaba cada dia una mirada maligna. “Nunca aguantarás este ritmo”; “Qué substancia ilegal utilizas para semejante productividad?”, parecían decir sus fruncidas cejas.

Nos cruzábamos cada mañana, sobre las 14h. Yo bajaba a ver mi correo, ella volvía del Mercadona. Según los días pasaban y mi lista de archivos se alargaba, más me miraba con desconfianza y apretaba su caniche contra su papada. Probablemente se pensaba que entraría a su casa, robaría su tele y vendería esta para sacar algunos euros para una dosis de droga dura. Cuánto daño hizo Requiem For A Dream!

Esta espiral de suspicacia se ha ido atenuando con la repentina congelación de mis publicaciones. Empecé a trabajar con más frecuencia, con lo cual, tenía menos ganas de actualizar mi blog; y es que tras pasar horas introduciendo los datos de jefillos arrogantes de pimes, lo último que me apetecía al llegar a casa, era pelear con mi moribundo portátil y mi conexión pre-bizantina.

Además, mi octogenaria vecina me veía cada mañana salir de casa trajeado y con corbata. Sus rasgos severos habían dejado sitio a una amable sonrisa. Probablemente pensaba que estaba en el buen camino. Incluso en una día de extrema conexión, intercambiamos unas palabras! Le comenté las partes no censuradas de mis viajes a Pamplona, San Sebastian, Sitges.

Toda esta actividad extramural me impidió publicar cosas. Aprovecho este día tranquilo y húmedo para hacerlo. Veamos mañana la reacción de mi querida vecina.

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