dimanche 30 janvier 2011

La Cana

Esta mañana, me ha despertado el ruido de un papel estrujado. Era mi mejía mejilla que, al girar la cabeza, estaba aplastado un folio colocado sobre mi almohada. Mi intriga se convirtió en espanto al descubrir que el folio estaba clavado en la almohada con un puñal. Era una carta con una foto adjunta; ambas quedan aquí expuestas.

Estimado David,
Soy la cana de tu barba y esto es un ultimátum. Hablo en nombre de la ACE (Asociación de Canas Exiliadas). Estoy harta del apartheid al que estoy sometida. La segregación impuesta por los demás pelos de tu barba convierte mi vida en un infierno. Cada día despierto rodeada de pelos negros cada vez más altos y rudos. Me miran mal, me insultan, me cantan canciones de Miguel Bosé.
Si no tomas medidas para remediar a esta situación de abuso de posición dominante, prometo represalias. Prometo autoinseminarme para reproducirme e invadir con mis hijas, cada parcela de tu mandíbula. Prometo que si no hay cambios, firmaré una alianza con las dos canas de tu pelo y juntas crearemos un movimiento revolucionario para instaurar El Reich de 1000 Años por toda tu anatomía. Te adjunto una foto para que veas la situación demográfica en la que me hallo. Exijo protección diplomática, un futuro mejor y 42 trillones de euros en billetes de 5 y 10.

Ya sabes a lo que atenerte, atentamente

La Cana de tu barba.




Sí amigos, se me quedó la cara igual que a vosotros. Me levanté, fui al baño y efectivamente, ahí estaba la cana revolucionaria. Con un tono conciliador, le expliqué que entendía su situación, que ayer me pasó lo mismo en una discoteca latina; entre reggaetón, bachata y salsa me sentía como ella entre tanto pelo tosco y negro. Le dije que sopesaría sus exigencias, que haría lo que fuera para encontrarle una solución pacífica al conflicto. Pero vino Gillette Mach 3 y acabó con la negociación. Así es amigos, las revoluciones hay que cortarlas por lo sano, como dijo mi querido Mubarak (el idolatrado Presidente de Egipto).

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vendredi 28 janvier 2011

Y qué hago hoy?

“Qué hago hoy?” Hacía más de un mes que no me hacía esa pregunta. Hoy cuando he despertado, he visto un descampado; la perspectiva se perdía en campos de tierra fértil esperando a que plantase alguna semilla de actividad. Hasta hoy, cuando despertaba, ante mí se encontraban kilómetros de vías de tren. Un camino marcado. Poca elección. Ducha; café; galletas María; prensa; Facebook (subir mi canción motivadora del día); Bicing; biblioteca. Todo ello en un bucle que duró un mes. Y hoy, estoy perdido, desorientado. Me hago la pregunta del principio y mi única respuesta es un encogimiento de hombros. Por primera vez en cuatro semanas puedo decir “no sé”. Me permito el lujo de desayunar sentado en el sofá; de ver lo que queda de día como un caracol en una autopista.

Quedan dos semanas de no hacer res de res. Aunque ya suenen los tambores de las obligaciones, es momento de darle al mute. Momento de acabar ese libro empezado justo antes de la sesión de exámenes; de pulir ese poema sanguinario; de rematar ese dibujo. Pero serán también dos semanas viviendo con la angustia de las notas. Por cierto, la forma de publicar las notas se merece un apartado.

Internet ha servido de mucho a nosotros, estudiantes. Pero también nos la ha metido bien doblá. Y es que antes, se reservaba un día para ir a ver las notas: “Tal día, se colgarán las notas en el tablón de información de la facultad.” Pero hoy sólo te dicen “algún día de estos, se colgarán las notas en la web”. ALGUNO DE ESTOS DÍAS. Esa formulación es la gangrena de nuestra paciencia. Es Satanás en un cuadro de Malevitch; todo abstracción, pero todo bilis. Mi dedo está cansado ya de darle a refresh para ver si se ha colgado algo. Es como caminar de noche por algún barrio chungo de Bruselas, te pueden dar en cualquier momento y de cualquier forma; voy con las nalgas prietas y los puños socialistas. Sin olvidarnos de los típicos bromistas que lanzan bombas de tipo “chicos, ya están las notas de xxxx en la web”, generando esperanza, miedo, pánico, angustia y al final, odio y ganas de venganza.

Señores dirigentes de facultades universitarias, abandonad ya ese sistema de publicación de resultados; lo único que hacen es quitarnos cinco años de vida por el estado de estrés constante con el que nos obliga a vivir. Podrán cargar con ello sobre su conciencia?

Mientras tanto, voy a seguir no haciendo nada.


"En ocasiones, veo bibliotecas"

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mardi 25 janvier 2011

Tres días to freedom

Ya solo queda uno. Un examen más para terminar y poner punto y final a este tiempo para héroes. Tres días más de estudio. La verdad es que siento mi energía desaparecer como el agua de un embalse en pleno verano. Ya todo se hace por inercia. He desarrollado un brazo nadalesco por la cantidad de páginas que llevo escritas. He matado mi tercer boli bic del año. Ya tengo contacto más que visual con mis compañeros de biblioteca; al fin y al cabo, paso más tiempo con ellos que con mi propia sombra.

En el examen de hoy, han intentado torpedear nuestro moral con preguntas malvadas. A mi ya no me sorprende. Si algo he aprendido de esta sesión, es que hay que estudiarse hasta el código de barras del cuaderno en el que tomamos los apuntes. Porque si te dejas una transparencia a medias, ya sea porque ese día en clase, la mitad ya se había ido de vacaciones, o por que es el anexo de un anexo de una paréntesis de un ejemplo; hay que conocerlo todo, porque el cuerpo profesoral estará siempre ahí para meter el dedo donde duele.

Intentaré encarar estos tres últimos días como la última etapa de mi Camino de Santiago (relato, aquí). No podía más, mis zapatillas pedían jubilación y Santiago estaba a 70km; pero Time For Heroes retumbó en mis oídos, en mi depósito vacío de fuerzas y el camino se hizo cuesta abajo. Quedan tres días, tres días para la libertad condicional.



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dimanche 23 janvier 2011

Ich bin ein empollón !

Recuerdo el día en que un miembro del jurado de mi Trabajo de Fin de Estudio me dijo "no hay nada peor que un blog inactivo". Él era periodista especializado en nuevas tecnologías (mi trabajo trataba sobre el impacto de internet en la prensa tradicional). Creo que si hoy veía el estado de mi blog, pediría revisar la nota que me puso entonces. Lo tengo en Facebook, más me vale ser discreto. Publicaré en medio de la noche, discreto, furtivo, Ben Ali’s style. Tanta calma en las memorias de Edgar se debe a mi tortuosa e interminable sesión de exámenes. El día 27 de enero será el día de la liberación, será mi agosto 1944, será el día en que mis dilatadas pupilas alumbren Barcelona.

Para estos exámenes he decidido imitar los países europeos en los noventa. En aquella época, el Euro no existía; cada país tenía su propia moneda y estos veían sus respectivos valores fluctuar a lo loco (un poco así como los decibelios en un programa de Telecinco). Salvo Alemania, todos los países eran malos alumnos en cuanto a estabilidad financiera. Un día, a alguien se le ocurrió vincular esas monedas al Marco Alemán, para así ir a rebufo e importar su solidez y estabilidad. Fenómenos de mecanismos de transmisión e interdependencia entre las economías modernas (efectivamente y sí, tengo examen en un par de días).

"David por dios ! deja de dar la barra ; que pareces Punset después de haber desayunado con Rodrigo Rato !" Bueno, pues doy la barra con esto porque es la razón por la que hasta el día 22, todavía no había publicado nada en mi página. Para esta sesión de exámenes, he decidido emular las viejas monedas europeas. He vinculado mi actividad a Alemania. He configurado mis horarios de estudio anclándolos a los de una compañera de Máster alemana. Así, he adoptado la disciplina, la obstinación y el desalmado rigor teutón. Es duro, pero es lo mejor en cuanto a productividad. Ello se traduce en sesiones de 9 a 20h en la biblioteca con 30 minutos de descanso para comer un mísero sándwich (ojalá fuera un bocata!) en el siberiano frío “ravalero”. En la vida había pasado tantas horas estudiando; hasta me he atrevido con dudosas substancias filipinas para aguantar el tirón y mis nalgas, le han pedido matrimonio a las patas de una de las sillas de la biblioteca del Macba.

"Creo que incluso podríamos empezar a estudiar de noche"

Lo único que me preocupa de todo esta germanisation, es que ahora quiero un VW, un jardín para poder comprar herramientas Bosh Bosch e incluso Angela Merkel me empieza a parecer atractiva. Por suerte, en un par de días volveré a Bruselas para recuperar algo de mi belgitud perdida.

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samedi 22 janvier 2011

Ich bin ein NERD

Je me souviens encore quand le lecteur de mon Travail de Fin d'Études (journaliste spécialisé dans les nouvelles technologies) me disait qu'il n'y avait rien de pire qu'un blog inactif. S'il voyait l'état du miens, il demanderait à réviser ma note. Je l'ai sur Facebook, j'ai intérêt à rester discret. Je vais publier au milieu de la nuit. Je me sens Ben Ali là.

Tant de calme du côté des mémoires d'Edgar est la conséquence d'une session d'examens pénible et interminable. Le 27 janvier sera le jour de la délivrance; le jour ou la nuit sera éclairée par mes pupilles dilatées.

Pour ces exams, j'ai décidé d'imiter les pays européens dans les 90's. À cette époque, l'Euro n'existait pas encore. Chaque pays ayant se propre monnaie, celles-ci fluctuaient de manière plus ou moins aléatoire. Hormis l'Allemange, tous les pays étaient de mauvais élèves de la stabilité monétaire. Une inflation enflammée, des taux de changes qui changeaient à chaque JT. Pas bon tout ça. Un jours, quelqu'un a eu la brillante idée de fixer la valeur des monnaies européennes au Deutschemark allemand. Celle-ci étant stable et solide, elle transmettrait cette solidité aux autres. Phénomène des mécanismes de transmissions et d'interdépendance économique.

"David, qu'est-ce que tu nous emmerdes avec ton charabia à la Zemmour?!". Et bien je débite tout ça car c'est la raison pour laquelle le 22 janvier, je n'ai toujours rien publié. En effet, pour cette session d'examen, j'ai décidé de faire comme les francs belge, français ou autres pesetas. J'ai lié mon activité à l'Allemagne. En gros, j'ai configuré mes horaires d'études en fonction de ceux d'une camarade de Master allemande. J'ai ainsi adopté la discipline, l'acharnement et l'impitoyable rigueur du pays teuton. Ces violent, mais niveau productivité, y'a pas mieux. Cela donne des sessions 9-20h à la bibliothèque avec 30 minutes de pause. Je n'ai jamais passé autant d'heures à l'études; j'ai même gouté des boissons énergisantes filipines pour trouver de la force et mes fesses ont passé la bague aux pattes d'une des chaises de la biblio.

"je vais peut-être devoir commencer à étudier la nuit aussi..."

La seule chose qui me préoccupe dans tout ça, c'est que maintenant je veux une VW, un jardin pour pouvoir acheter des outils Bosh Bosch et je commence à trouver Angela Merkel séduisante. Heureusement, d'ici peu je retourne à Bruxelles pour regagner un peu de ma belgitude perdue.

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